La formación en la primera infancia debe estar pensada considerando que permita aprendizaje a nivel emocional, cognitivo, físico y por supuesto, social, porque es en la interacción que los seres humanos adquirimos conocimientos. Y es que, en los primeros años se produce gran parte del desarrollo, siempre que se cuente con un entorno saludable, nutrición adecuada, afecto, e intercambios con otros. Hablamos de “otros” que acompañen, que los atiendan y les faciliten la supervivencia; pero también hablamos de otros que sean modelo significativo como los padres, cuidadores u otr@s niñ@s.
Desde el siglo XIX se instaura la idea de que los centros de formación infantil deben ser instituciones que no se remitan a la asistencia o vigilancia, ni siquiera, a la enseñanza; sino que deben ser espacios en los que se utiliza el juego como herramienta principal para la construcción del conocimiento y que este, debe ser elaborado por l@s propi@s niñ@s. Por tanto, l@s cuidadores deben ser profesionales que conocen profundamente el proceso de desarrollo humano y las capacidades que l@s niñ@s deben adquirir, que aprovechan el contexto y al grupo para que aprendan unos de los otros.
En general, las actividades para propuestas de aprendizaje están diseñadas para un nivel de desarrollo específico, por tanto, se procura seccionar al grupo de niñ@s por la edad. Una tutora responsable, conocedora del beneficio de los encuentros multiedad, busca los espacios de tiempo para que los niños de diversas edades tengan contacto constante. Estos encuentros sirven para que los pequeños aprendan que: no todos hacen las cosas de la misma manera, no por estar en un mismo espacio todos deben hacer lo mismo, todos cuentan con el apoyo del acompañante (tutora) y que cuanto más grande sea el grupo o diversidad de edades, mayores serán las posibilidades para el juego, para compartir. Lo maravilloso de estos encuentros es que, todo lo que sabe el/la niñ@ con mayor grado de desarrollo, sirve de base o andamio para estimular los procesos de otros. Claro que muchas veces estas diferencias entre unos y otros se identifican por edad, quienes acompañamos a niñ@s pequeñ@s, sabemos que cada un@ tiene habilidades y destrezas diferentes, que se toman como modelo para incrementar nuestros conocimientos.
Hoy, que el contacto interpersonal, se ha visto reducido al grupo familiar, es importante considerar el protagonismo que nuestra conducta tiene en los aprendizajes de los más pequeños y que el uso y aprovechamiento de la tecnología debe posibilitar el recojo de información para lograr la comunicación con “otros” más. pues si bien la familia es el entorno más inmediato, casi tan influyente como ella pueden ser l@s amig@s o las escuelas. En los centros de desarrollo infantil, el tiempo del encuentro natural para aprender en un espacio común se caracteriza porque hay un referente, que es modelo y que protege; elementos diversos y muchos recursos elaborados para construir el aprendizaje. Todo esto, se ha detenido por la coyuntura que atravesamos, por ello, es preciso aprovechar el aprendizaje informal, espontáneo, de la vida diaria para proponer situaciones interesantes y que l@s niñ@s de forma autónoma, participativa y en la medida de lo posible interactiva, construya su aprendizaje del modo más socialmente activo.
No vamos a elogiar del todo a la educación virtual, sobre todo en la primera infancia, pero nos encontramos en un momento en el que debemos adaptarnos, tomando, como padres o madres, la formación en tus manos, con ayuda de especialistas que los guíen. Siempre estaremos a favor del encuentro, del contacto, de hacer más grande el grupo humano dentro del cual se desarrollan l@s niñ@s, de hacer más grande su grupo de soporte emocional y social, de brindar y encontrar situaciones de aprendizaje diarias, tanto para l@s niñ@s como para sus cuidadores. Por lo que todos quienes trabajamos con pequeños esperamos con ansias el encuentro, las rutinas, la comunión… pero entre tanto, tratemos de aprovechar este periodo, lo mejor posible.
Te recomendamos por todo esto:
Procurar que tu niñ@ tenga contacto formal con un grupo virtualmente y que este grupo tenga contacto interactivo con tu niñ@. Es decir, que hablen, se hagan preguntas, se contacten a través de la mirada, compartan actividades y que este grupo se mantenga; haciéndole sentir que son parte de este micro sistema, un grupo extendido que lo sustenta socialmente.
Estos entornos virtuales deben colaborar con el desarrollo social de l@s niñ@s, buscando que sean capaces de mantener la atención por cortos tiempos, dialoguen, esperen turnos aceptando las palabras del otro, aprendan a resolver conflictos y a realizar acuerdos de manera consensuada, a compartir; además de ser un momento que sirva para convivir de manera pacífica. Estas capacidades sirven en un entorno virtual como el que tenemos actualmente, pero se hacen extensivas a un ámbito formal.
El contenido de los programas debe permitir que una vez terminada la conexión directa, puedan realizar actividades en las que sean autosuficientes. Al principio, necesitarán de tu ayuda, pero al ver que tú eres capaz de organizarte buscando elementos o creándolos tendrán un gran modelo de lo que significa hacerse cargo de las cosas, esto le alentará a ser resolutiv@, innovador/a y emprender en el futuro.
Procura que la mayor parte de actividades incluso las que requieran de preparación previa sean realizadas con ell@s, será mucho más significativo saber que están jugando con la masa que prepararon juntos, por ejemplo.
Además de los encuentros virtuales con tu niñ@ y su grupo:
Realiza actividades de la vida diaria y pídele ayuda, estas tareas son excelentes para el desarrollo de la autonomía y las interacciones saludables. Invítal@s de manera natural y realiza la actividad con calma, comunicándote mirándol@, disfrutando de este momento de encuentro. En tanto sea posible delega la actividad para que la realice por sí mism@. Actúa siempre considerando que todo lo que tú hagas va a significar un modelo importante, tú le sirves de referente.
Realiza actividades con toda tu familia, si tus niñ@s tienen diferentes edades, sácale provecho a la situación. El/la más pequeñ@ usa los conocimientos del mayor, para rectificar los aprendizajes previos y el/la más grande aprende a ser sensible para contener, comprender y acompañar al más pequeñ@.
Realiza actividades de juego, de mucho juego libre donde tu niñ@ tenga la oportunidad de construir su propio aprendizaje. Las experiencias personales (aprendizaje por medio de la acción) conforman el 70% de los aprendizajes, otro 20%, es el resultado de la interacción y solamente el 10% está conformado por los aprendizajes formales (lo que otro le enseña, sin participación activa), de modo que es valioso “dejar hacer” y que aprenda a través de la experiencia directa. Recuerda, el objetivo de la formación infantil es utilizar el juego como herramienta principal para el aprendizaje y esta es la forma en que se propone cualquier actividad. La propuesta de juego, no tiene que ser anunciada siempre, a veces solo puedes colocar cerca de tu niñ@ una fuente con elementos para explorar o para transformar; de ese modo también será interesante.
Se trata de sacarle ventaja a la situación que es nuestro presente y aunque añoremos estar en contacto con los “otros” y encontrarnos; esperar el momento y la oportunidad adecuada es vital. #educaciónvirtual #educacióninfantil #priimerainfancia #acompañamientoinfantil #aprendizajesocial
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