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Ciclo Uno

DESARROLLO DE LA AUTONOMÍA EN LA PRIMERA INFANCIA

Como padres y educadores responsables nuestro mayor objetivo es criar personas autónomas, que hagan lo que deben hacer y que se hagan responsables por ello. El desarrollo de la autonomía inicia cuando comienza la vida de tu niñ@, inicia cuando te percatas que tu bebé es capaz de hacer algo y tú le permites hacerlo.


El amor intenso que sentimos por nuestr@s niñ@s en ocasiones nos hace creer que son muy pequeñ@s para hacer las cosas por sí mism@s, Es importante tener presente que tienen el impulso de conocer y el impulso de hacer; que sienten un poder interno qué les lleva a querer realizar actividades que le son posible e incluso y más importante, las que le generan reto porque esto l@s hace sentirse realizad@s. Debemos tratar de no caer en la exagerada protección ni en la desconfianza, pues podemos obstaculizar el desarrollo de su autonomía y nuestro ideal, a largo plazo, que es el de tener hij@s madur@s e independientes


Por naturaleza el ser humano cuando nace es dependiente pues necesita de la leche de la madre, de la protección del “otro”, del desarrollo de sus facultades motoras y de las facultades comunicativas que se van desarrollando poco a poco, por lo que siempre necesita del acompañamiento. Por esta razón, no debemos confundir desarrollo de la autonomía, que es hacer algo que yo puedo hacer por mí mismo; con el criar bebés o niñ@s independientes, pues no podrán ni deberán serlo hasta que logren el desarrollo de todas las facultades que le permitan ser competentes en el mundo sin el apoyo de “otro”.


Nuestr@s niñ@s necesitan la compañía, necesitan el apoyo, necesitan la mirada y la confianza; son estos los ingredientes para que poco a poco se vayan haciendo autónomos, hagan las cosas por sí mism@s y más adelante sean ciudadan@s responsables.


Educar niñ@s en la autonomía toma más tiempo, porque dejar que l@s niñ@s hagan las cosas por sí mism@s llevará con seguridad a algún “desastre”. Como cuando tu niñ@ quiere agarrar “solit@” un vaso, lo más probable es que lo derrame una y otra vez, hasta que pueda coordinar los movimientos que le permitan hacerlo con éxito. En esta situación hay dos alternativas, decir: “Todavía no estás list@, déjame hacerlo por ti” o “Mira, se ha derramado, creo que si tomas el vaso con un poco más de fuerza esto no va a suceder, cuando hayas terminado te cambiamos el polo, porque se ha mojado”. Dos reacciones bastante naturales, sin embargo, la primera le da el mensaje subliminal de que no es competente, que no puede hacerlo y que sólo tú puedes resolver los problemas; la segunda mirada, en cambio, es un mensaje de confianza, de “yo sé que estás en proceso y pronto lo lograrás”, de que el aprendizaje lleva consigo un desequilibrio, pero qué en algún momento llegará la conducta deseada. Es importante, por ello, que los padres y cuidadores tengamos este tipo de lenguaje que exprese confianza en el potencial de l@s niñ@s.


Procura dejar de lado la impaciencia y la preocupación excesiva, confía que incluso la frustración que puedan sentir nuestr@s niñ@s cuando no logrén hacer lo que pretenden a la primera, también es importante. SI es bien manejado, les dará el impulso para seguir intentándolo.


Tu compañía es la que le hace sentirse amado, tu compañía es la que le hace tener el sentimiento de que pronto todo será mejor. tu compañía y no que tú lo hagas, sino que l@ acompañes a hacerlo e incluso a equivocarse. Ten en cuenta que cuando no le permites hacer algo que te pide hacer “solit@”; el mensaje refleja miedo, sensación de peligro y una idea errada de que tú vienes a su rescate, evitándole cumplir los retos que corresponden a su proceso de desarrollo. L@s niñ@s menores de 3 años trabajan “por metas” y el desarrollo de su pensamiento se da en función a la forma en que ell@s resuelven las situaciones problemáticas o cómo atraviesan los desafíos que se les presentan.


Este acompañamiento que debemos dar a nuestr@s niñ@s debe venir de la confianza de que nuestros bebés son capaces, tienen potencial; desde nuestra mirada de que no somos sus jefes, sino facilitadores de su desarrollo, somos creyentes de que el proceso es importante, tan importante como el resultado. Es un acompañamiento presente, sin interferencias, porque estamos atentos, pero sin tensión, de modo que podemos intervenir ante una mirada de cuestionamiento o ante una llamada de auxilio; siempre preguntando primero: ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que te sostenga?


Aquí algunos tips para fomentar el desarrollo de la autonomía de tu bebé:


- Permítele (a partir de los 12 meses) recoger los elementos que ha utilizado para jugar. Ayúdal@s respetando el ritmo con el que ell@s trabajan, esto les da el mensaje subliminal de que tú l@s acompañas. No te apures en hacerlo porque el mensaje que se desprende es que no confías en que lo hará bien. Por eso es importante que tomes precauciones con el tiempo y si tienen que hacer alguna actividad posterior a este juego inicien el orden con anticipación.


- Permítele que corra pequeños riesgos y mantente pendiente. El impulso de lograr metas hace que nuestr@s niñ@s experimenten situaciones que l@s retan. ¡Acompáñal@! Es importante que pasen por este proceso, que se sientan poderos@s; esto ayudará en el futuro a forjar su personalidad, por lo que es importante permitírselo. Tu confianza en ell@s, es la confianza que desarrollarán en sí mism@s.


- Permítele que aprenda a desvestirse, primero quitándose una media luego ayudándote a colocar los brazos para poner adecuadamente la camisa, que te ayude a colocar el pantalón, etc. Todo en la medida de sus posibilidades. Un bebé de 11 meses no puede ponerse una camiseta, pero si puede sacarse una media, proponle que se la quite: jala un poquito de la media, enseñándole cómo y luego pídele con confianza, sólo tocando la punta de la media y mirándolo firmemente “quítate la media”, confía en que puede hacerlo y seguro pronto lo logrará.


- Permítele desarrollar su curiosidad, que dirija, un poco, su propio aprendizaje, que sea constructor/a de lo que quiere conocer. Tú, síguel@, acompáñal@, míral@; observa lo que quiere conocer, para que le ayudes a descubrir lo que le causa tanto interés.

ü Si aún no camina, permítele que desarrolle libremente sus movimientos, sin forzarl@ tomándol@ de la mano o poniéndol@ en un andador. Si ya puede caminar sól@, procura no salir tanto en coche, pues las caminatas les hacen bien a l@s chic@s, les ayuda a desarrollar fuerza, resistencia y a observar todo desde su mirada. Seguro demorarán más (así que realiza esta actividad cuando no te urja llegar a algún lugar), porque se detendrá a aprender, pero la conquista del conocimiento será superior y autónoma. Procura que camine lo más posible, pero si se cansa y necesita un abrazo o que lo carguen otórgaselo, a veces sólo necesitan regularse a nivel emocional.


- Permítele que coma sol@, con su cuchara o con las manos si tiene menos de 2 años. Aunque se ensucie esta actividad es importante, le hace sentir que puede hacerlo, seguro costará más trabajo, pero el logro que va a obtener en el desarrollo de su autonomía y en la sensación de que es un/a niñ@ competente y poderos@, es algo que no va a poder reemplazar.


En especial, observa cuando te diga que quiere hacer algo “solit@”, pon atención a estos momentos y aunque te cueste esfuerzo y un poquito más de trabajo, permíteselo, siempre pendiente, siempre acompañante.



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