Llegó el momento de la actividad, son niños esencialmente motores, desarrollan músculos y trabajan fuerza y resistencia permanentemente, el desarrollo de la postura corporal es esencial, de la seguridad que le generen sus pasos, partirá la seguridad en sí mismo que se proyectará en todas las otras áreas de desarrollo. Puede pasar por una etapa difícil, si siente algo de dolor, ya que en este periodo suele hacer erupción su último molar.
Trata de evitar situaciones que asusten o angustien a tu hijo/a. Procura no tener discusiones fuertes delante de ellos. Tu hijo/a necesita una crianza amable para desarrollarse bien. Las experiencias infantiles adversas tienen impacto en el desarrollo neurológico, cognitivo, emocional y social, así como en la salud física (Durrant J. y Ensom R., 2012).
Si tu hijo/a oye que dices “por favor” y “gracias”, gradualmente lo copiará. Recuérdale que es bueno y felicítalo cuando copie la conducta.
Elogia a tu hijo/a cuando realice una buena conducta. Podrías decir algo así: “Gracias por esperar pacientemente mientras preparaba tu comida”, para que sepa por qué hizo bien. La alabanza puede ser particularmente beneficiosa para la motivación cuando es sincera, específica y alienta a los niños a enfocarse en dominar sus habilidades (Henderlong y Lepper, 2002).
Tu hijo/a empezará a conversar en esta etapa. Algo de lo que dice tendrá sentido, y parte no será entendido con facilidad, ten paciencia y procura interpretar lo que diga. Aliéntalo/a a conversar. A esta edad ya debería decir al menos unas 50 palabras. No olvides otorgarle el turno del hablante (es decir, aunque no diga nada aún, guarda silencio, su cerebro entenderá poco a poco, que esperas su respuesta), durante sus diálogos.
Lee pequeñas historias en libros que sean fáciles de manipular para ellos. Calcula el tamaño de sus manos. Será lindo que mientras tú lees, él/ella puedan pasar las páginas con comodidad.
Cuando tu niño se frustre porque algo no le sale bien, trata de hacer tú la mitad del trabajo y dejas que ella/él lo termine. Estará más tranquilo/a y aprenderá a hacerlo con más calma. Es importante que no sienta que tú crees que no puede hacerlo, puedes decir: “Tal vez si tú te pones las medias, yo podría ayudarte con los zapatos”, la idea es que piense que le echas una mano.
Juega a marchar y cuando te detengas, levanta un pie por unos segundos, seguro copiará tu acto y entrenará su equilibrio.
Tómalo de la mano y atraviesa rieles, puedes usar sardineles de jardines o tablas, si no cuentas con rieles propiamente.
Ya debe subir escaleras muy bien, ahora ayúdalo/a a entrenarse en bajar, puede hacerlo sentado, arrastrándose, aunque seguro intentará hacerlo de pie. Así que permítele hacerlo, tú te colocas un escalón por delante de él/ella, justo a su alcance, para que pueda tomarte y sentirse seguro/a si te necesita o tambalea.
Las chapadas, son un éxito, ahora ya tiene más velocidad, por ello tú también tendrás que entrenarte. No olvides atraparlos con abrazos, la persecución les encanta, pero también altera un poco, el abrazo los calmará. Cambia el juego y haz que ellos te atrapen ahora.
Los juegos o bailes de saltar le encantan y los entrena físicamente. Hazlo tanto como puedan.
Coloca cajas pesadas, empújalas o arrástralas y di: Esto está muy pesado, ¿Puedes ayudarme?
Pon una pequeña caja encima de otra o cualquier elemento que les permita armar torres con su hijo. Para ello puedes usar tapers, cubos, vasos, latas de leche, cajas de medicinas, etc. Lo mejor será hacer el modelo y luego permitirle libertad. Seguro harán lo mismo, porque les encanta construir para destruir.
Concentrarse en un juego la/o ayuda a aprender rápidamente. ¡Esto es muy importante! En ocasiones, los padres creemos que más juguetes, es mucho mejor, pero esto solamente logrará dispersarlo. Procura que juegue, termine con algo y luego pase a una siguiente actividad. El caos solo vale cuando se encuentra en un proceso creativo, por ejemplo, necesitará muchos materiales para hacer una nave o un fuerte para esconderse, pero esto sucederá todavía más adelante.
Permítele armar rompecabezas con pocas piezas, si recién inicia.
Les encantan las rampas, búscalas o consigue unas tablas para hacerlas, pueden rodar autos, pelotas, o cualquier cosa que ruede.
Dale diversos materiales para hacer líneas o dibujos libres. Deja que haga lo que su impulso le diga. Comenzará haciendo líneas cortitas y pronto hará círculos. Su cerebro sabe lo que necesita hacer, tú provéele los recursos y se desarrollará adecuadamente.
Los juegos de modelar le encantan, dale diferentes tipos de masa, desde masas de galletas hasta plastilina, lo disfrutará muchísimo. Pueden usar rodillos y cortantes con forma o incluso solo palitos de helado o cuchillitos de plástico.
Permítele ayudar con su vestimenta y que busque elementos que tú le pidas. Intencionalmente olvida traer sus zapatos y encárgaselos.
Ya puede sentarse “solito/a” en la silla, seguro demora un poco más, pero debes permitirle que lo haga, así le dirás subliminalmente, que confías en él/ella.
Permítele alimentarse por sí mismo y aliéntalo a guardar lo que usó, o a limpiar la mesa o la silla: “Oh, mira la mesa se ensució, ¿Me ayudas a limpiarla?”
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