Tu hijo/a dará sus primeros pasos pronto, si aún no lo ha hecho. Todos los niños son diferentes. Ella/él se desarrollará a su propio ritmo. No olvides que muchos niños dan sus primeros pasos entre los 15 y 16 meses y ello no representa ningún inconveniente. En este periodo todo le llama la atención, tanto es así que se opondrá a comer y que le cambien los pañales, porque los distrae de lo que realmente les interesa tanto: “Conocerlo todo”.
Ya no quieren que los lleven en brazos, pues prefieren la exploración “ellos solitos”, pero siempre asegurándose que estés cerca. Es una etapa en la que el bebé empezará a conquistar más autonomía. Por esta razón, hay que seguir vigilando sus pasos, así como la seguridad en casa, en las ventanas, armarios, puertas, muebles, etc.
Refuerza a tu niño/a cada vez que logre algo que está intentando. El aliento puede ser particularmente beneficioso para la motivación cuando es sincera, específica y alienta a los niños a enfocarse en dominar sus habilidades (Henderlong y Lepper, 2002).
Les encanta manipular y tener todo tipo de sensaciones con las manos, por lo que no te sorprendas si frotan barro o polvo en las paredes. Está probando sus nuevas habilidades Lo mejor que puedes hacer es brindarle la oportunidad de hacerlo en el momento y con los materiales adecuados, para evitar incidentes desagradables.
Disfrutan de agarrar, tirar y manipular objetos.
Si vas de visita, lleva sus juguetes preferidos para que se entretenga y no te veas obligada a decirle en forma continua “no agarres esto”, “no agarres lo otro”, etc., quizás habrá veces en que uses la palabra NO, porque es necesario que tu niño comprenda que hay límites y reglas que seguir. El lugar adecuado para trabajar los límites, es en casa, de modo que cuando vaya a otro lugar, repetirá lo que es habitual en ellos.
Entrégale elementos envueltos en una tela o dentro de una caja, está actividad les fascina.
Deja que juegue con otros niños, dale juguetes y que cada niño tenga los suyos, lo más probable es que deseen el juguete ajeno, déjalos para que ellos “negocien” y se arreglen solos.
Siguen disfrutando de hacer garabatos más definidos y con sentido, facilítale crayones.
Haz bolas de papel periódico y muéstrele a tu hijo/a cómo colocarlas en una caja de cartón. Le encantará y le ayudará a su coordinación.
Provéele juguetes que tengan muchas formas y colores diferentes, poco a poco irá haciendo el intento de clasificarlos u ordenarlos.
Tu bebé ya sabrá pedir algunas cosas, apuntando o hablando. Lo cierto es que se hará entender cuando le surja alguna necesidad.
Empieza a estimular el interés del bebé por los libros. Hay libros que ofrecen experiencias como probar distintas texturas de telas, de pelos, agujeros, destapar ventanas e incluso diferentes olores. Les encanta cuando es interactivo y pueden usar su energía para relacionarse con la historia.
Empezará a gritar y es natural, permítele que tenga pequeños espacios de tiempo en los que grite si es su impulso. La mayoría de niños lo hace porque es una forma regular en que nuestro organismo prepara al aparato fonador, para que pronto pueda emitir palabras de forma fluida. Si grita mucho tiempo, distráelo cantando o sorprendiéndote con algún juguete o libro.
Háblale a tu niño/a, estando frente a ella/él y exagera un poco los movimientos de la boca, para que los observe y procure imitarte.
Dale órdenes sencillas a tu niño, por ejemplo: “dale el juguete a tu hermanito”, “dale el vaso a tu abuelita” etc.
Integra a tu niño en las conversaciones, utiliza las palabras que el más use, por ejemplo: dice tu “babu” que te quiere mucho, hoy viene “Tata” a verte, etc.
Cómprale plastilina que no sea tóxica, (puedes hacerl una masa, usando harina, poca agua, un poco de sal y color vegetal) y permítele que la maneje como quiera.
A los bebés les gusta escalar, pero necesitan estar seguros.
Haz que te ayude a poner los juguetes que usa en orden. Pronto aprenderá que cada cosa tiene un lugar.
Deja que encaje y desencaje cosas en otras, por ejemplo, vasos de plástico, recipientes de plástico, cajas etc.
Pídele que te muestre partes de su cuerpo, que cierre sus ojos, que abra la boca, mueva su cabeza, mueva sus pies, sus manos. De esa forma no solo conoce, sino que percibe su cuerpo, lo que favorece el desarrollo de su identidad y esquema corporal.
Juega con tu niño/a a esconder cosas debajo de vasos o cajas. Puedes poner un pequeño juguete debajo de uno de ellos, para que lo encuentre.
Guarda unas 3 botellas plásticas vacías y ponle a una, unas cuantas lentejas, a otra, arroz y a la otra, frijoles, tápalas y hazlas sonar, para que tu niño perciba los diferentes sonidos.
Alimenta a tu hijo/a con bocadillos pequeños 1–2 veces al día, entre las comidas. Las frutas, el pan, el yogur, las galletas son buenas opciones de bocadillos. Como dijimos antes, el comer ya no es su prioridad, pero no debe preocuparte, ahora está creciendo a un ritmo más lento que antes y no necesita tanta energía extra.
A esta edad, empiezan a soñar activamente, porque cada vez tienen más experiencias acumuladas y su desplazamiento autónomo, les da libertad, pero también le generan desconciertos. Todo esto hará que comience a despertar durante la noche, nuevamente, Será solo un periodo, atraviesa este momento con calma, genera confianza y ten confianza en tu niño/a.
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